Todo comenzó en los años 70, cuando el Sr. Pierre Fabre, farmacéutico de Castres, apasionado por la botánica, eligió la avena, una planta olvidada en aquel momento, pero que se utilizaba desde hacía más de tres milenios con fines medicinales. Este fue el comienzo de una larga búsqueda que aún hoy continúa en el suroeste de Francia.
Esta Avena DERMAtológica, o Avoine en francés, inspiró el nombre de la marca A-DERMA y dio origen en 1982 al primer producto de la marca, el Pan limpiador dermatológico con Leche de Avena, que también fue el primer syndet (pan sin jabón) en las farmacias, testimonio de una marca pionera, ya que con este producto también nació la dermocosmética de origen vegetal...
Se desarrollaron productos nuevos e innovadores, que ahora se encuentran entre los más vendidos y recomendados por los médicos, así como herramientas que ayudarían a los profesionales y a los consumidores a gestionar determinadas enfermedades:
■ 1993
Un doble éxito con el lanzamiento de Dermalibour, la primera fórmula industrial del mercado a base de cobre y zinc, y Epitheliale, productos reparadores y calmantes para pieles frágiles e irritadas.
Publicación del S.C.O.R.A.D., una puntuación de evaluación y la primera herramienta de seguimiento de la evolución de la Dermatitis Atópica, del ETFAD (European Task Force on Atopic Dermatitis) en colaboración con A-DERMA. Hoy en día, es la escala de referencia para comprobar la eficacia de los tratamientos para la dermatitis atópica. A continuación, en 2009, se lanzó su versión «orientada al paciente»: el PO-SCORAD.
A-DERMA lidera el camino para incluir a los consumidores en el desarrollo de herramientas y productos para mejorar su bienestar, el comienzo del «enfoque centrado en el paciente».