Limpie su piel a diario
- Se recomienda empezar con un desmaquillante suave: un desmaquillante en formato agua o loción apto para pieles con tendencia acneica, que elimine las impurezas de la piel sin dañarla. Para quienes prefieren los productos con aclarado, optar por un limpiador facial suave, como un gel espumoso adecuado para este tipo de piel frágil. Una rutina de unos minutos por la mañana y por la noche ayuda a largo plazo.
- Una vez que la piel está libre de impurezas, volverá a respirar y se beneficiará más del tratamiento aplicado a continuación.
Hidratar la piel en profundidad
Este es el segundo paso esencial de la rutina:
- Aplicar un tratamiento compensador para reequilibrar las pieles secas y delicadas para que recuperen el confort y la flexibilidad.
- Optar por cremas con una textura nutritiva pero no grasa que dejen un velo protector satinado sin un acabado graso o pegajoso.
- Durante este periodo, también se deben utilizar mascarillas hidratantes: aplicar una capa gruesa y dejar actuar durante varios minutos una o dos veces a la semana.
Aplicar un bálsamo labial
La piel de los labios también necesita una atención especial. En el caso del tratamiento médico del acné, las molestias de la sequedad cutánea se harán notar muy rápidamente en los labios, lo que puede provocar grietas, heridas y sensación de quemazón. Así pues, para calmar, nutrir y proteger sus labios muy secos, adopte rápidamente el uso de un bálsamo reparador de labios, para aplicarlo tantas veces como sea necesario durante el día.
Proteger la piel del sol
Los rayos UV del sol están ahí, todo el año, incluso en los días nublados. Y por su insidiosa acción, ¡pueden favorecer la aparición de granos y manchas de pigmentación marrones! Aplíquese a diario una crema solar protectora matificante SPF50+ adecuada para pieles con tendencia acneica y vuelva a aplicársela durante el día si existe riesgo de exposición prolongada. La piel seca y el acné estarán mejor cuidados.
¡Con suavidad!
Olvídese de los productos para el cuidado de la piel agresivos, olvídese de los lavados demasiado frecuentes e intensos, que debilitarán la piel, y elija productos que respeten las pieles secas y frágiles con acné.
Por supuesto, evite los exfoliantes demasiado agresivos durante el tratamiento, ya que pueden resecar aún más la piel al aumentar la fragilidad de la barrera cutánea. Lo mismo ocurre con las mascarillas purificantes, que no se adaptan a las necesidades de la piel.