¿Has notado la aparición de manchas rojas en alguna parte del rostro? ¿El contorno de los ojos, la parte superior de los párpados o los lóbulos de las orejas te pican mucho? Esto puede recordar mucho a un "eczema del rostro". Empecemos explicando lo básico...
El eczema es una afección cutánea que puede afectar tanto a niños como a adultos. Concretamente, se trata de una reacción inflamatoria: la piel reacciona de forma exagerada a su entorno, está muy seca y se cubre de manchas rojas, vesículas, a veces supurantes, y, sobre todo, el picor intenso desencadena un deseo incontrolable de rascarse hasta el punto de crear una sensación de quemazón o incluso hinchazón local.
Esta afección, aunque no es contagiosa y no tiene consecuencias graves que pongan en peligro la vida, puede ser muy difícil de sobrellevar, sobre todo porque:
Una consulta con un profesional sanitario es esencial para aclarar la posible causa de la aparición de este eczema: en función de la causa, te sugerirá los tratamientos más adecuados junto con un seguimiento regular.
Mientras tanto, ya podemos darte algunas pistas. Si sospechas que tienes eczema del rostro, suele tratarse de un eczema del rostro de contacto o alérgico, o de un eczema del rostro atópico. Te lo explicamos.
El eczema de contacto, también conocido como eczema alérgico, suele producirse como consecuencia del contacto repetido con una determinada sustancia, como cosméticos o joyas. La piel se vuelve muy reactiva e inflamatoria. En este caso, consulta a un médico que podrá ayudarte a identificar rápidamente el alérgeno implicado, ya que el primer tratamiento consistirá en evitar todo contacto posterior de este alérgeno con tu rostro. ¿Qué otros consejos seguir para tratar este eczema de contacto del rostro? Nuestros expertos te responden.
En el caso de la dermatitis atópica del rostro, también conocida como eczema atópico, intervienen factores genéticos y ambientales. Generalmente, la dermatitis atópica se desarrolla en la infancia: en los bebés, las manchas de eczema se localizan en las zonas "redondeadas" (mejillas, brazos, barriga, etc.); a lo largo de la infancia, estas tienden a desplazarse a los pliegues (detrás de las rodillas, en los pliegues de los codos...). Entonces, ¿qué hacer para aliviar esta dermatitis atópica del rostro ? Nuestros expertos te lo explican.
Las manchas de eczema en el rostro son el resultado de una reacción de defensa. Es una especie de alarma visual: ¡allí donde es atacada, la piel enrojece! Esto te alerta de que necesita ayuda. Pero entonces, ¿es posible sentir la llegada de una mancha de eczema en el rostro antes de que aparezca? Sí, a veces, incluso antes de que aparezcan las rojeces, puedes experimentar una sensación muy molesta en la piel: es como si cambiara de textura. A menudo, hay una sensación de calor intenso, empieza a picar, se tiene la impresión de que la piel se ha vuelto muy frágil, porosa e incluso desmenuzable. Son signos típicos del eczema del rostro.
El eczema del rostro en adultos puede adoptar varias formas. Si está relacionado con el contacto de la piel con alérgenos externos, el eczema se localiza en una zona concreta: en los adultos, por ejemplo, a menudo se produce eczema de las orejas como consecuencia de una reacción alérgica al níquel, un metal muy presente en la bisutería.
En otros casos, el eczema del rostro en adultos está relacionado con una dermatitis atópica que suele comenzar en la infancia y que, con los años, se traslada del cuerpo a la cara.
Sin olvidar el impacto de las pieles frágiles con tendencia a la sequedad: este tipo de piel, en el contexto de una exposición repetida a las variaciones de temperatura, por ejemplo, también puede presentar riesgos de irritación y eczema del rostro en adultos.
Y, por supuesto, el ritmo de vida estresante y agotador, la aplicación de gestos barrera con el uso de mascarillas... son otras tantas condiciones que pueden agravar un episodio de eczema.
Por lo tanto, si tienes eczema en el rostro, consulta rápidamente a un profesional sanitario para que pueda confirmar su origen. En particular, pueden realizarse pruebas de alergia.
Y, mientras tanto, en cuanto aparezca el más mínimo signo de malestar, recuerda calmar inmediatamente la piel con unas primeras medidas sencillas, como el uso de un gel limpiador sin jabón, hipoalergénico y sobregraso para limpiar el rostro, y la aplicación regular de un cuidado adaptado al tipo de eczema: opta por una crema reparadora en el caso del eczema de contacto y una crema emoliente en el caso de la dermatitis atópica No dudes en pedir consejo al farmacéutico.
